martes, 14 de febrero de 2012

El corazón de la tierra

Entre los viajes al pasado que nos ofrece el cine y la literatura, el libro de Juan Cobos Wilkins y la película basada en él realizada por el director Antonio Cuadri, ambos titulados "El corazón de la tierra", nos acercan un pasaje de nuestra historia cercana que nos habla de dignidad, de lucha, de honradez...

Nos llevan hasta las minas de Riotinto en los tiempos en que una potente compañía inglesa las explotaba, a la par que hacía lo mismo con sus trabajadores, entre los que se encontraban incluso niños. Los empleados no sólo padecían la dureza de estos quehaceres, sino que también sufrían las enfermedades que de él se derivaban.

El director onubense nos acerca a su película, al libro que la inspiró, a un rincón de Huelva que sigue guardando mucha historia, mucha cultura y paisajes impresionantes.

Un cuento chino

Hay quienes aseguran que sólo van al cine para no pensar; para pasar el rato, cosa que me parece perfecta. Pero no es mi caso. Más bien podría considerar que me encuentro justo en el lado opuesto de esa afirmación. Para mí el cine supone un viaje increíble.

El cine puede transmitir muchas sensaciones. Puede llevarte a lugares muy lejanos o identificarte con personajes que nada tienen que ver con tu vida. Puede hacernos sentir alegría, dolor, angustia, miedo, desesperación. Suelo ver varias películas a la semana, puesto que, junto a los libros, suponen de las mejores opciones de ocio que se me ocurren, de las que me hacen disfrutar de verdad.

Y de las películas que he visto últimamente, una de ellas, especialmente, me ha hecho "sentir" mucho. Me ha acercado a sus personajes, a los que casi podría decirse que incorporé durante días a mi vida. El filme se llama "Un cuento chino" y con este sugerente título cuenta una historia sencilla de incomprensión, soledad y esperanza, cargada de toda la complejidad humana.

Para empezar, decir que se trata de una co-producción argentina-española, y la industria del Río de la Plata rara vez decepciona.

El largometraje, dirigido por Sebastián Borensztein, está protagonizado por el icono del cine argentino, Ricardo Darín, y su compañero "chino" es Ignacio Huang.

El relato parte de un vínculo creado por el azar. Una vaca, un chino y un argentino. Una película de humor, articulada en la tragedia y en el absurdo. Un “cuento”, muchos mensajes.

Resulta que “el chino”, después de que una vaca caiga del cielo y mate a su amada prometida, llega a Buenos Aires sin hablar una palabra de español y con la dirección equivocada de un pariente.

Recién llegado, sufre un asalto y pierde todo su dinero. Así, desnudo en una tierra lejana, se encuentra con Roberto (Ricardo Darín), un ferretero gruñón y solitario, atrapado en el tiempo por su pasado doloroso. Y ahí comienza todo. Roberto se hace cargo del singular “personaje”. “El chino” se encarga también de Roberto, haciéndolo reaccionar frente a la vida.

Lo más sorprendente, es que el punto de partida de la película es una historia real, que su guionista leyó en el periódico. Y es que la vida supera a cualquier ficción.

A través de este "cuento chino" el espectador puede sentir aquello que atormenta e ilusiona a los personajes; puede acompañarlos en su extraño viaje y puede embriagarse con sus ganas de vivir, esa esperanza que parece no abandonar nunca al ser humano a pesar de sentirse, en ocasiones, en un túnel sin salida.

Vale la pena verla.

lunes, 13 de febrero de 2012

La importancia de "Saber perder"

Con el sugerente título de "Saber perder" nos llegó la tercera novela de David Trueba.

En ella, con un lenguaje cercano, sencillo pero apasionante y desgarrado, el escritor dibuja los personajes principales de la novela, dándoles vida desde la primera línea.

Todos ellos están enredados en sus cotidianeidades, en unos días cargados de difíciles decisiones, de vivencias nuevas y apasionantes, de despedidas definitivas, de amores imposibles...

Sylvia cumple dieciséis años el día en que comienza esta novela. Para celebrarlo organiza una falsa fiesta que sólo tiene un invitado. Horas después sufrirá un accidente que significará su entrada en la vida adulta. Su padre, Lorenzo, es un hombre separado que trata de superar el abandono de su mujer y el fracaso laboral. Ariel Burano es un joven jugador de fútbol que deja Buenos Aires para fichar por un equipo español. Con su superdotada pierna izquierda, será cuestión de tiempo que el estadio coree su nombre. Y tiempo es lo que no tiene el anciano Leandro, que vive en esa época donde casi todo se derrumba. Éstos son los cuatro personajes principales de Saber perder.


Con las relaciones entre ellos se trenza un relato de supervivientes, de poderosa pegada narrativa y rico en matices. Una mirada capaz de extraer humor y emoción en cada curva del camino, pero que reivindica, por encimade todo, la maravillosa aventura de vivir. Ésta es la tercera novela de David Trueba tras su irrupción con Abierto toda la noche, a la que Der Spiegel definió como «una orgía de carcajadas», y Cuatro amigos, un libro que vive un idilio continuado con los lectores desde 1999.

Un libro para no perdérselo.

De cine y literatura

Con esta primera entrada inauguramos nuestro blog, que estará lleno de celos, asesinatos, pasión, guerras, amor...o, lo que es lo mismo, de cine y literatura Porque ambas artes se dan la mano constantemente para traernos las historias más terribles, enternecedoras, divertidas, desgarradoras, apasionantes...y es que todo lo que podamos sentir o soñar lo podemos encontrar en el cine y en la literatura.


Y en esta cibernética inauguración queremos acercarnos ha sta una de las obras más importantes de ambos mundos. "Desayuno con diamantes" se llamó para los españoles que visitaron las salas de cine y que aún seguimos degustándola ante nuestras pantallas de plasma. "Desayuno en Tiffany" se llamó la novela del siempre sorprendente Truman Capote.

La película cumplió hace unos meses medio siglo, con una salud excelente. Puesto que su relato sigue hoy más vivo que nunca. La historia que narra es la de Holly Golightly, una bella joven neoyorquina (la inigualable Audrey) que, aparentemente, lleva una vida fácil y alegre. Tiene un comportamiento bastante extravagante y es que, entre otras rarezas, disfruta desayunando, tras una larga noche de fiesta, ante el escaparate de la lujosa joyería Tiffanys. Un día se muda a su mismo edificio Paul Varjak, un escritor que, mientras espera un éxito que nunca llega, vive a costa de una mujer madura.

Y entre estas líneas se esconden los más profundos sentires: el dolor, la soledad, la nostalgia, el desaliento...sentimientos que sus protagonistas esquivarán y padecerán en este paseo que es la vida...

Nuestra recomendación es que no dejen de disfrutar de un "Desayuno con diamantes". Lean la novela de Capote y disfruten del relato cinematográfico de Blake Edwards. Ninguno de los formatos les decepcionará, porque el humor y la tragedia se dan la mano en una obra cargada de sofisticación y tristeza.